En este libro de ideas les traemos un trabajo de los profesionales de Arquitectura e Ingeniería GM. Se trata de una renovación de cocina en Cartagena y tenemos que decirlo, fue un antes y después como pocos.
Las cocinas independientes están pasando de moda. Cada vez son más quienes se suman a la tendencia de la planta liberada para las zonas comunes o a integrar la cocina con el comedor y hasta con la sala. Las cocinas abiertas o americanas se adaptan mejor al ritmo de vida que llevamos y en su diseño y estilo han subido tanto de categoría que no tienen nada que envidiarle a los espacios sociales por excelencia.
La renovación que atravesó esta cocina no sólo consistió en cambiar los revestimientos y los muebles, sino que también se derribó la pared que separaba a la cocina de las áreas sociales, creando un gran espacio integrado, que comparte la luz natural y crea ventilación cruzada, dos de las grandes ventajas de las plantas liberadas.
Acompáñennos a conocer un poco más de este antes y después.
La cocina no se encontraba en un estado deplorable, pero definitivamente había perdido su brillo. Los muebles de madera y los topes, así como la abertura de medio punto hacia el comedor resultaban bastante anticuados y démodé. Los revestimientos también pedían a gritos una renovación.
Al tirar la pared, se duplicó la luz natural que en la cocina, haciéndola mucho más luminosa. Los muebles de melamina blanca y las paredes pintadas de este color le dan a la cocina una apariencia inmaculada. En el piso y como protección en el área de las hornillas, cerámicas blancas, azules y verdes le dan a esta cocina mucha alegría y personalidad.
Los muebles de cocina de líneas modernas tienen puertas de melamina símil madera en la parte inferior y de melamina blanca en la parte superior. Los tiradores de acero inoxidables también contribuyen a darle un aire contemporáneo a todo el espacio. En el interior, herrajes de acero inoxidable brindan ingeniosas soluciones de guardado.
La península no es otra cosa que una isla de cocina, pero unida a la pared por uno de sus lados. En este caso, la isla sumó muchísimo espacio de guardado y superficie de trabajo, a la vez que sirvió para separar visual y físicamente la cocina del comedor y la sala. Para los topes se utilizó granito negro, un material muy duradero, fácil de lavar y tiene un acabado impecable.
La nueva distribución resulta mucho más práctica que la anterior, ya que plantea un triángulo de trabajo (distancia entre las hornillas, la nevera y el fregadero) mucho más eficiente y funcional.