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Cada vez son más los arquitectos que se interesan por la milenaria sabiduría del feng shui y es que esta disciplina tan compleja tiene la clave para que casas y edificios le transmitan a sus habitantes el mayor bienestar posible y a la vez, atraigan amor, salud, éxito y fortuna.
Feng Shui quiere decir viento,agua
y es una de las 5 artes chinas metafísicas. En la arquitectura el feng shui se basa en el conjunto de fuerzas invisibles que unen al universo con la tierra y la humanidad, conocido como qi. Las aplicaciones prácticas del feng shui buscan orientar los edificios de manera de usar esas energías místicas en beneficio de los habitantes de los diferentes espacios basándose en una serie de principios que incluyen los elementos, la astronomía, la astrología, los puntos cardinales y más.
En estricta teoría, el feng shui se rige por la polaridad, que en China se expresa usando el símbolo del yin yang; los cinco elementos, que son fuego, tierra, agua, metal y madera; los trigramas que se rigen por el I Ching y finalmente, los puntos cardinales, este, representado por el Dragón Azul, sur, representado por el Pájaro Bermellón, el oeste, representado por el Tigre Blanco y el norte, representado por la Tortuga Negra.
Es obviamente muy difícil construir una casa que reúna toda la teoría del feng shui, pero existen algunas premisas generales que pueden aplicarse fácilmente y que por otro lado, en términos de arquitectura y diseño lejos de restarle a la funcionalidad y estética de nuestro hogar, más bien le suman.
El feng shui es una práctica milenaria china cuyo objetivo principal es que encauzar las diferentes energías dentro de un edificio y en su entorno, para beneficiar el bienestar y las oportunidades de los individuos que lo ocuparán. También se conoce como geomancia china y está íntimamente vinculado con el Taoismo.
Plantar árboles alrededor de las casas o construir casas en arboledas, respetando la vegetación existente garantiza una suerte de protección energética contra las malas energías. Otra meta de los edificios chinos diseñados en consonancia con el feng shui es la simetría, tratar de buscar que los dos lados de la casa sean o bien iguales o al menos equilibrados.
La orientación de los espacios tiene que ver con las energías con las cuales está asociado cada punto cardinal. No quiere decir esto que la energía de alguno sea negativa, sólo que se adapta a distintas funciones. Por ejemplo, el dormitorio necesita una energía totalmente diferente a la de la cocina y de eso se trata. La energía del norte es una muy serena, ideal para ubicar el dormitorio principal. El oeste transmite energía asociada con creatividad, alegría e inocencia, ideal para los dormitorios de los chicos. La cocina será mejor ubicarla hacia el este, una energía muy fogosa y activa, mientras que para las áreas sociales, el sur es una buena orientación ya que estimula los nexos, la amistad y el amor.
Una manera fabulosa de incorporar el feng shui en casa, es a través de los cinco elementos. La tierra, en hormigón o piedra, la madera en diferentes formas, el metal en carpinterías y aberturas y el fuego o el agua como mejor nos parezca.
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La entrada es un factor clave, ya que si queremos que llegue la energía positiva a nuestro hogar, es necesario que ésta se encuentre despejada, con un camino claramente definido, en perfecto estado y orden, preferiblemente en líneas rectas, sin curvas o desvíos y bien iluminado. Una entrada así invitará al amor, la salud, la fortuna y el éxito a nuestro hogar.
En la cocina hay que mantener distancia entre el fuego (hornallas, hornos) y el agua (la bacha, el lavaplatos) ya que estos elementos necesitan su lugar propio. La entrada de la cocina es mejor que esté despejada, pero nunca directamente enfrentada con la puerta principal. Los colores neutrales o claros, equilibran el fuego que simboliza este ambiente creando un buen balance.
La forma del dormitorio debe ser preferiblemente rectangular, ya que es la forma geométrica que corresponde al elemento tierra, aportando estabilidad y equilibrio al Qi. Es necesario tener ventanas que establezcan una buena ventilación y corrientes de aire, pero la pared sobre la que descanse la cabecera de la cama debe ser completamente sólida, sin aberturas de ningún tipo.
