Escaleras interiores: un mundo de peldaños

Marisa Alcore Marisa Alcore
Black&white House, Blank Interiors Blank Interiors Modern Corridor, Hallway and Staircase
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El mundo de las escaleras ha cambiado. Van perdiendo sus elementos y, sin embargo, siguen cumpliendo su intrínseca función: la de comunicarnos verticalmente con otras plantas. Peldaños volados, barandillas continuas que se pliegan, zancas que desaparecen son, entre otros, los nuevos diseños que podemos encontrar hoy en día en el mundo de las escaleras interiores. Los materiales se mantienen: metal, madera, piedra… pero ahora parecen ligeros como plumas. 

En este artículo hablamos de escaleras domésticas que no sólo nos comunican, sino que se convierten en el corazón de una casa, en el centro de atención de un espacio y en verdaderos elementos dignos de admiración.

En un espacio desnudo de muros blancos y hormigón visto, de geometría irregular, de planos inclinados y líneas rectas, una escalera se aparece ante nosotros como por arte de magia. Misteriosamente desplegada sobre un muro, los peldaños negros sobre el fondo blanco crean un efecto de burlar cualquier ley física. Nos encontramos ante una escalera lineal de peldaños volados

Una pieza metálica en forma de cuña se empotra en un muro; otra igual hace  lo mismo, pero desplazada vertical y horizontalmente. Así, una tras otra van dando forma a esta escalera lineal volada. Sobre el muro, un perfil metálico dibuja la barandilla; mientras que en el lado opuesto, un plano de vidrio encierra una caja, salvando el hueco y permitiéndonos incluir en el espacio este placer arquitectónico. 

En un espacio en doble altura con el paisaje de fondo tras un cerramiento de vidrio, esta escalera se convierte en el corazón de una vivienda. Prismas puros dan forma a los peldaños, también volados. Y para deleite de nuestra vista y por nuestra seguridad: un perfil metálico y tubular se pliega y, siguiendo la inclinación de los tramos, da forma a una elegante barandilla. 

No es volada, pero también sorprendente. En horizontal: huellas de madera; en vertical: tabicas translúcidas. Hasta aquí puede sonarnos de lo más normal, pero cuando cuando la luz es escasa, el interior de esta escalera se ilumina, las tabicas se tornan de un pálido amarillo y se nos ilumina el camino. 

Como una sinuosa escultura que se retuerce, esta escalera de caracol no sólo nos da acceso a la planta superior de esta vivienda, sino que además zonifica el espacio, creando una circulación fluida en torno a ella. Se construye en madera y, gracias a esto, la escalera se incluye en el espacio sin parecer una extraña, sino todo lo contrario, con calidez. 

Y tú, ¿prefieres una escalera tradicional, una volada o una de caracol? ¡Déjanos tu opinión!

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