8 tips para renovar las puertas de tu casa en un dos por tres

GracielaGomezOrefebre GracielaGomezOrefebre
PUERTAS DE MADERA DE LENGA, Ignisterra S.A. Ignisterra S.A. Classic windows & doors Wood Wood effect
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Cómo renovar las puertas de tu casa sin cambiarlas

Cuando compramos o construimos nuestra primera casa, hay elementos que se salen del presupuesto y por eso elegimos los más económicos. Éste es el caso de las puertas. Después de algunos años repasamos su aspecto y tomamos una gran decisión: ¿Cambiarlas o renovarlas? Si decides conservarlas pero necesitan un trabajo de restauración, lo primero que debes hacer es evaluar si están bien rectas y puedes sacarle provecho; ya que, con el tiempo y el clima, éstas tienden a desenmarcarse o perder la capa de barniz. Así que, valora el estado de la puerta y decide si el cambio lo puedes hacer tú o necesitas encargárselo a un profesional. En todo caso, este libro te ayudará a hacer el trabajo de la mejor manera.

1. ¡Restáuralas!

Si el estado de las puertas permite una restauración te aconsejamos seguir unos pasos previos:

a.- Lija la puerta: adquiere una lija gruesa (30 ó 40) si la puerta tiene una capa de pintura o barniz que desees remover y también para abrir el poro de la madera.

b.- Repárala: alisa la superficie y rellena los golpes con una masilla especial para madera, de poliéster o de carrocería. Así cuando vuelvas a lijar la puerta, permanecerá lisa y no se formarán hoyos.

c.- Vuélvela a lijar: usa una lija fina (150 ó 180). Tras éste, podrás barnizar. Recuerda que se debe lijar siempre en el sentido de la veta de la madera.

d.- Imprime: si vas a pintar es aconsejable que apliques una o dos capas de imprimación, así evitarás que la pintura se caiga al más mínimo roce. Después, haz un tercer lijado con una lija de grano fino (220 ó 300) para conseguir un acabado más suave.

2. Píntalas:

Si tus puertas están en perfecto estado pero estás aburrido de ellas, ¡dales un nuevo look!

Pintarlas es la opción más sencilla tanto si lo haces tú como si lo hace un profesional. Puedes hacerlo sin desmontarlas pero es más engorroso y el proceso puede alargarse unos días más. Te recomendamos estos pasos:

a.- Desmóntala: es la opción más cómoda para poder trabajar. Además, podrás acceder a todos los rincones y ángulos sin problemas.

b.- Sigue los pasos de la reparación:

c.- Escoge un acabado final: una vez que la puerta esté como nueva, aplícale la pintura o barniz, según el acabado que desees. Elígelos al agua, no son tóxicos y no desprenden olor.

3. Cambia los accesorios:

Si consideras que la puerta está en buen estado y sólo necesita un poco de personalidad, ¡cambia los accesorios! Unas manillas nuevas o, hacia el otro extremo, unas que consigas en una tienda de antigüedades le darán un aspecto único. También puedes cambiar las bisagras, agregar una aldaba, hacer un marco para la mirilla, agregar remaches, estoperoles o elementos de herrería o abrir una puerta batiente para tu mascota… Es una inversión mínima pero te alegrará la vista.

4. Cambia los cristales:

¿Tienes una puerta acristalada? Cambia los cristales y parecerá otra. Los transparentes aprovechan más la luz que los traslúcidos, pero éstos dan más intimidad, siendo una muy buena opción en dormitorios y baños.

5. Agrega elementos metálicos:

Si quieres darle un aspecto moderno a tu puerta, planea decorarla con elementos metálicos o metalizados. Desde el cambio de manilla hasta el marco de la puerta pueden renovarse con láminas o, ¿por qué no?, canceles.

Toma las medidas de la puerta, si no te sientes 100% seguro, asesórate con un profesional; compra todos los elementos y un pegamento de contacto industrial. Si tu puerta es de exterior y sufre de las inclemencias del clima, piensa en utilizar estructuras atornillables. No dejes de lado el alfeizar, la jamba y el dintel, renuévalos con materiales resistentes al sol y al agua que combinen con la fachada.

6. Resalta su antigüedad:

Si tu puerta ha adquirido el título de antigua, ¡resalta su aspecto! Para esto, sigue los pasos del punto 1 pero bríncate el uso de la masilla para sellar hendiduras y grietas. Lijar las asperezas y quitarle la capa vieja de pintura y barniz ayudará a quitarle lo más seco y gastado, para que el siguiente tratamiento hidrate la madera. Aplica la pintura o barniz con técnicas para imitar algún estilo de ebanistería antiguo o de envejecido.

7. Decora con herrería:

México tiene una larga tradición en el diseño y creación de estructuras de hierro forjado. En cualquier taller podrán hacerte un presupuesto para hacer e instalar estos elementos.

Combina perfecto con un estilo rústico y puede hacerse tanto en la puerta de la fachada como en la puerta que dé al jardín.

8. Saca tu lado artístico

Si tienes un espíritu de artista, los vitrales le darán una vista renovada sin necesidad de cambiarlos. Busca un patrón o un diseño en Internet, pinturas para vitral, y ¡manos a la obra!

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